Por:Juan Antonio Ruíz Romero
La audiencia pública sobre el proyecto del parque San Mateo convocada por los representantes a la Cámara Alejandro García y Carolina Giraldo, logró la presencia de distintos actores institucionales y comunitarios y colmó el auditorio de la Fundación del Área Andina.
Dicho ejercicio nos permitió escuchar muchas voces, pero también nos dificultó escuchar otras. Me explico. Fue tan numerosa la asistencia, que las sillas dispuestas fueron insuficientes y muchas personas se quedaron de pie o afuera del salón. Y como pasa habitualmente, los unos empezaron a conversar con los otros y de repente, las intervenciones se convirtieron como un radio encendido que emite voces y música, pero pocos están atentos a su contenido.
Creo que, en este caso, les fue mejor a quienes vieron desde sus casas, la transmisión televisiva del Canal del Congreso o en los En Vivo de las redes sociales. Por lo menos allí se eliminaba el permanente murmullo que se convirtió en el sonido de fondo de la audiencia.
Decía el primer ministro británico Winston Churchill que “Se necesita coraje para pararse y hablar. Pero mucho más para sentarse y escuchar”. Y aquí tenemos un saldo en rojo. Queremos opinar, denunciar, proponer, contextualizar, pero, a la gran mayoría, se nos dificulta concentrarnos, guardar silencio y disponernos para una escucha activa.
Claras y precisas las intervenciones del alcalde Maya y de la ingeniera Angela Fatt, gerente técnica del proyecto Parque San Mateo. Emotivo el video del equipo del congresista Alejandro García, aunque los testimonios recogidos son demasiado básicos y demuestran que a la iniciativa todavía le falta mayor socialización. Destaco la actitud del coronel Carlos Mauricio Salas, comandante del Batallón, quién, a diferencia de la mayoría de expositores y asistentes, permaneció casi hasta el final de la audiencia.
Me gustó mucho la inquietud del secretario de Planeación de La Virginia, en el sentido de que nunca les habían consultado sobre el proyecto y su provocadora frase final: “Esperamos que el sueño de parque de los pereiranos no se convierta en una pesadilla para los habitantes del puerto”. Y es que mucho nos quejamos del centralismo bogotano, pero desde Pereira repetimos con frecuencia, la misma actitud arrogante y de sabelotodos, con los demás municipios de Risaralda.
Escuchamos también a colectivos ciudadanos, organizaciones no gubernamentales, arquitectos, ambientalistas, especialistas en desarrollo urbano, a un filósofo humanista que envió la Universidad Católica. Aprendimos de Corredores ambientales entre los ríos Otún y Consotá y nos sorprendimos con el empoderado vocero de las especies nativas que viven en madrigueras y de las aves migratorias que hacen escala en Pereira.
Ya casi al final y, ante escaso público, escuchamos el disenso.
Un reservista del batallón alertó sobre los 14 mil usuarios de Sanidad militar atendidos hoy en Pereira y para quienes sería tortuoso y caro el traslado de servicios a La Virginia.
Y dos representantes de comunidades rurales y de víctimas del puerto risaraldense, llamaron la atención por el contraste, entre la celeridad con la cual se entregaron los lotes en el sector de Miralindo al Ministerio de Defensa y a la Plataforma Logística del Eje Cafetero, PLEC; mientras que decenas de campesinos esperan, desde hace 5 años, la titulación de parte de esas tierras para ampliar la frontera agrícola.
Muy enriquecedor el ejercicio promovido por los dos representantes alternativos de Risaralda. Volvieron a poner en la agenda pública el traslado del batallón y la necesidad del Parque San Mateo, más allá de los altos costos y los nudos burocráticos que se deben destrabar.
Si queremos evolucionar como sociedad es necesario aprender a escuchar al otro: con interés, con simpatía, con ánimo constructivo. Así, tomamos distancia de los dogmatismos tan peligrosos en asuntos políticos como religiosos.
Léalo también en El Opinadero: https://elopinadero.com.co/el-parque-san-mateo-y-la-necesidad-de-una-escucha-activa/
- Esta columna de opinión es responsabilidad directa de su autor-
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