El sistema nervioso y las plantas medicinales

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Por Gustavo Adolfo Guacaneme González

Actualmente es sabido que las enfermedades pueden estar provocadas tanto por la mente, como por el cuerpo. Los trastornos psicológicos se somatizan, es decir, se manifiestan orgánicamente y muchos de estos trastornos orgánicos cursan con manifestaciones en la esfera de lo psicológico.

En ningún territorio es tan evidente la interrelación de las estructuras orgánicas y la mutua influencia entre mente y cuerpo, como en el sistema nervioso, de allí la importancia de lograr un equilibrio total, que se vea reflejado en un estado de bienestar empezando por la esfera mental.

Es así como existe un número bien interesante de plantas medicinales, que pueden contribuir de manera importante para conseguir dicho estado.

El sistema nervioso está formado por células llamadas neuronas, que a su vez, constan de un cuerpo celular y una larga fibra llamada axón. Lo que llamamos nervios son en realidad grupos de muchas fibras, las cuales van desde la médula espinal hasta el pie.

Las células nerviosas se transmiten mensajes entre unas y otras, y así, procesan la información del mundo exterior.

El sistema nervioso consta de dos partes: el sistema nervioso central, formado por el cerebro y la médula espinal; y el segundo, constituido por un sistema voluntario y otro involuntario.

El sistema voluntario está formado por pares de nervios, que se encargan de transmitir toda la información sensitiva y motora enviada desde el cerebro.

Por su parte, el sistema involuntario se encarga de regular las actividades reflejas, como la digestión, la respiración y la circulación de la sangre, además, este sistema prepara al organismo para la acción ante posibles peligros, lo que es conocido como respuesta de lucha y huida, a la vez que también adapta nuestro cuerpo para crear condiciones orgánicas, que permitan contrarrestar los efectos de dicha situación generando cambios que se encarguen de restaurar el equilibrio después de la crisis.

Actualmente, estas respuestas orgánicas se activan con frecuencia innecesaria por efectos de las tensiones de la vida moderna, sin embargo, son muchas las plantas que pueden ayudarnos a controlar el efecto de dichas situaciones.

La ansiedad crónica aparece detrás de numerosas enfermedades y suele estar provocada por el estrés. La vida actual tiende a estimular continuamente el sistema nervioso y activar el mecanismo de lucha o huida sin proveer ninguna vía de salida a este estado. Por ello, la ansiedad como «el miedo en capa fina» se puede contrarrestar con plantas reparadoras y relajantes del sistema nervioso.

La Manzanilla, las hojas de Naranjo, la Pasiflora o el Toronjil son relajantes y calman el sistema nervioso estresado, así como la Salvia, la Avena silvestre y la Verbena que también fortalecen dicho sistema.

Estas plantas pueden ser usadas en infusión o en cocción rápida y consumida en forma individual o conjunta, ya que no presentan ninguna interacción que inhiba sus propiedades. Siempre se recomienda que su formulación debe instaurarse por tiempos prolongados y sea dirigida por un profesional con experiencia en su manejo.

Si padece depresión, las plantas medicinales pueden hacer mucho por contrarrestar el agotamiento físico y la debilidad que con frecuencia acompañan a este estado. Además, hay varias especies con fama de estimular el espíritu y disipar las incertidumbres que lo agobian.

Para ello existen plantas que fortalecen y apoyan el sistema nervioso como la Avena silvestre, la Alegría del Monte, el Ginseng, la Damiana y la Betónica, así como la Melisa, el Hipérico y la Borraja son particularmente apropiadas para levantar el ánimo y pueden tomarse en infusión.

También durante los episodios depresivos, los aceites esenciales de Bergamota, Naranja, Limón, Jazmín, Nerolí y Rosa son utilizados en masaje, siendo de gran utilidad.

Existen estados depresivos severos, en los cuales, el individuo viene consumiendo un antidepresivo de síntesis química, en estos casos es muy importante realizar una valoración médica, ya que la suspensión abrupta de dichos medicamentos puede traer efectos bastante desagradables para el paciente, y en estos casos, se debe siempre sopesar el estado de riesgo – beneficio de las preparaciones a partir de plantas medicinales.

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