Por Lina Arango
“New York tiene su Central Park, Bogotá tiene el parque Simón Bolívar y Pereira tendrá su Gran parque San Mateo”. Este es el sueño de miles de ciudadanos que habitan la ciudad y que desde diferentes perspectivas, plantean la necesidad de contar con espacio público de calidad. Pereira es una ciudad de pocos parques y ante la normativa de trasladar el Batallón San Mateo a zonas alejadas de centros urbanos, la oportunidad de materializar un sueño que ha ido creciendo entre la ciudadanía desde hace años se hace cada vez más cercana. Sin embargo, el camino es largo y la audiencia pública realizada el pasado 16 de septiembre en las instalaciones de la Universidad Andina, dejan algunos temas estratégicos por responer:
En primer lugar, el “sueño de los pereiranos” ha sido promovido por diversas fuerzas ciudadanas que buscan aportar al desarrollo de una ciudad amable y de calidad. Su propuesta parte de exigir que el 100% del territorio sea de espacio público destinado para actividades de esparcimiento, cultura, investigación y deporte. Si bien este es un ideal, la sostenibilidad financiera del territorio a administrar no es aún clara. ¿Cuánto costaría y quién asumiría su sostenimiento?
Desde el liderazgo técnico, se han presentado diversos estudios y proyecciones sobre el cuidado de la biodiversidad y su ubicación estratégica para fortalecer el corredor ecológico de la ciudad. Sin embargo, el abordaje se ha concentrado en el terreno de Pereira, pero poco se ha profundizado en la biodiversidad del terreno del municipio de La Virginia donde se trasladará el batallón, el déficit de vivienda en este municipio y la voz de los campesinos y ciudadanos del municipio. ¿Cómo evitar externalidades negativas en el municipio vecino?
Además, es urgente que se aborde el impacto y opciones que se ofrecen a los ciudadanos que cuentan con servicios directos e indirectos brindados por el batallón San Mateo. Alrededor de 15 mil personas dependen de la institución: casas fiscales, sanidad, libretas militares entre otros. Como beneficios indirectos, el cuidado del lote está a cargo del batallón, lo que garantiza la percepción de seguridad de los barrios vecinos. La seguridad ciudadana y de prevención de consumo de sustancias sicoactivas en las instalaciones del parque es una preocupación de diversos sectores y que sin duda debe ser abordado como parte del proyecto para mitigar los impactos negativos que puede traer el traslado del batallón. ¿Cómo se garantizará la continuidad de los servicios y de seguridad ciudadana generada por el batallón?
Sin bien el liderazgo ciudadano y técnico es clave para lograr materializar el sueño de un gran parque para la ciudad, lo cierto es que se requiere el liderazgo estratégico que posicione el proyecto en el nivel nacional. En buena hora los congresistas de Risaralda han expresado su interés de trabajar colectivamente para lograr materializar este sueño desde un enfoque integral.
LINA MARIA ARANGO DÁVILA
ASESORA EN GOBERNANZA, TRANSPARENCIA Y CONSTRUCCIÓN DE PAZ
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