Por: Osvaldo Parra Ponce – Director Editorial
Por primera vez en las siete décadas de historia del equipo, el Deportivo Pereira enfrentó un partido oficial internacional, nada y nada menos que en la Copa Conmebol Libertadores, donde llegan los mejores del continente, derecho que adquirió tras coronarse campeón del fútbol colombiano en diciembre pasado.
Con mucho nervio, por la calidad del equipo con el que debutó, pero con la inmensa responsabilidad de representar bien, no sólo a la ciudad, sino al país, el onceno Matecaña salto al terreno de juego en el Hernán Ramírez Villegas, para enfrentar a Colo – Colo, uno de los grandes de Chile, y uno de los permanentes animadores de este certamen continental.
En el terreno de juego no se reflejó la experiencia del equipo visitante, y por el contrario, los chilenos, sobre todo en el segundo tiempo, se encontraron con un Pereira bien parado, con ganas, empuje y buen fútbol táctico que los sobrepasó.
Fue un empate, y para muchos que ven la copa medio vacía, muy seguramente pensarán que se perdieron puntos de local, pero para quienes vimos al equipo correr la cancha, fue un punto de oro, el primero en su historia internacional, que logró frente a un Colo – Colo, que es el actual campeón del fútbol chileno y que en su palmarés cuenta con treinta campeonatos en su país.
Sin una nómina rimbombante, como la que tienen los demás equipos del continente, incluso los conjuntos colombianos, los Matecañas confirmaron que cuando se quiere se puede, y esa garra es el sello que comenzaron a dejar en el torneo continental.
El camino libertador apenas comienza, y falta aún por enfrentar en su grupo al grande Boca Junior de Argentina, y al también, modesto, Monagas de Venezuela.
No es nada fácil lo que le espera al Deportivo Pereira en lo que resta de la Copa Libertadores. Los pereiranos no estamos pensando en ser campeones, aunque si se logra sería espectacularmente glorioso, y quiera Dios que pueda llegar esa alegría, pero de lo que si estamos seguros, es que nuestro equipo dará la pelea con todo el decoro, en su primera, y no última salida en un torneo internacional.
Ganas es lo que hay, como también un millón de risaraldenses empujando al equipo, y sabe Dios cuántos colombianos más, que con seguridad le harán toda la fuerza a nuestro Deportivo Pereira.
