Por: Lina Arango
Candidata senado #30
Coalición de la Esperanza
Hace tres años comenzaba la campaña a la gobernación de Risaralda. Pocos creían que llegaría hasta el final y más bien esperaban que renunciara en el camino, otros hacían sus cálculos tradicionales asignándome no más de 10 mil votos. Al final 40 mil ciudadanos nos apoyaron.
No fueron más de 10 de los 80 candidatos a concejos, asamblea y alcaldía que tuvo el partido verde en Risaralda los que estuvieron conmigo de frente, pues para la mayoría era mejor estar con el candidato que iba a ganar. Y así se repite ciclo tras ciclo la lógica de elecciones: apoyar al fuerte, al que fijo va a ganar, al proyecto seguro.
Hoy tres años después, “Esta historia continúa”. Los calculadores de cifras y quienes debían ser los aliados naturales, me descartaron hace más de un año. “Es mejor ir con el candidato fuerte, asi sea de afuera de la región”, “Líbano tiene opción”, dicen. Los políticos tradicionales ya inundaron la ciudad de vallas y como siempre el dinero en sus campañas es evidente.
Es una cancha desigual, y aún así, decidí continuar. Continúo para ser opción para la región, para las mujeres, para el voto independiente y libre, sin ataduras a contratos, a referidos, o comprados con mercados, o favores personales. Continúo para defender las causas de las regiones, el agua, el ambiente, el turismo de naturaleza y comunitario, el desarrollo rural, la niñez, la lucha contra la corrupción, La Paz, el control a los peajes y bancos usureros. Causas que desde la región Eje Cafetero no tienen dolientes en el Congreso. Causas que desde las regiones del país requiere más voces en el senado.
La cancha es desigual, y mi mejor aliado será el voz a voz de personas que como tú, pueden replicarlo. Sin costo, sin compromisos burocráticos y con la convicción de saber que en el congreso tendrán a una persona honesta que no le interesa enriquecerse con el dinero público.
Demostremos que no es con plata o cálculos políticos. Es con esperanza, coherencia y sentido común que lograremos renovar el congreso.